miércoles, 23 de septiembre de 2009

Hace un tiempo...



















Encuentro en Buenos Aires reunió a Solanas, Iglesias y Mangabeira Unger: ¿Qué significa ser progresista hoy?

La necesidad de redefinir el espacio y recomponer alianzas sociales y políticas en un mundo cambiante signó las reflexiones de los destacados referentes.


por Aleardo F. Laría


La expresión "progresista" está desplazando paulatinamente a la palabra "izquierda" en el vocabulario de la política. En ocasiones se emplea por superposición y en otros casos con la pretensión de designar algo diferente. El interés por el significado actual del progresismo en la Argentina del siglo XXI dio lugar a un interesante debate entre intelectuales progresistas, reunidos días pasados en Buenos Aires.

Al encuentro acudieron Fernando "Pino" Solanas, Fernando Iglesias y el intelectual brasileño Roberto Mangabeira Unger, para discutir el alcance del término progresista en una mesa redonda que se realizó en el local del Partido Socialista Obrero Español.

Tanto Solanas como Iglesias son conocidos dirigentes políticos, uno diputado electo y el otro en ejercicio. Roberto Mangabeira Unger ha sido minis- tro de Asuntos Estratégicos de Brasil y durante su profesorado en Harvard tuvo un discípulo excepcional: el actual presidente de EE.UU., Barack Obama.

El primero en abrir el turno de intervenciones fue Fernando Iglesias, quien justamente acaba de publicar un libro que se denomina "Qué significa ser progresista en la Argentina del siglo XXI" (Editorial Sudamericana). Iglesias, integrante de la Coalición Cívica, es un crítico filoso del gobierno de los Kirchner y su primera observación pasó por resaltar una curiosidad. Afirmó que en un momento en que la palabra "progresista" se intercambia con la expresión "izquierda", el gobierno progresista que pretende encarnarla en Argentina es un revival de las peores prácticas de las décadas del cincuenta y del setenta.

Mientras la palabra izquierda hace referencia a un dato espacial (un espacio a la izquierda del centro y de la derecha), la categoría progresista está relacionada con el tiempo. Progresista es el que apunta al futuro, mientras los conservadores pretenden congelar el presente y los reaccionarios hacernos retroceder al pasado. Esta nueva forma de clasificar las posiciones políticas tiene curiosos resultados, dado que se puede ser de izquierdas y al mismo tiempo conservador, como lo evidencia el caso de Fidel Castro en Cuba.

Para Iglesias, los desafíos del presente que enfrentan los progresistas hoy en día consisten, en primer lugar, en la pérdida de los sujetos históricos tradicionales, como la clase obrera y, como consecuencia, la necesidad de recomponer grandes alianzas que incorporen al centro liberal y democrático.

En segundo lugar, se debe pensar en un modelo de desarrollo y modernización no industrial, basado en el conocimiento y que, por tanto, asigne singular importancia a la educación. Otro desafío consiste en hacer frente al fenómeno de la globalización mediante la defensa de los intereses nacionales por nuevos métodos que no pueden ser ya concebidos desde el nacionalismo tradicional. Por último, señaló la necesidad de conformar instancias democráticas globales, puesto que actualmente todo se globaliza menos la democracia.

"Pino" Solanas toma distancias del gobierno K, al menos en el lenguaje. Así afirmó que el gobierno, con un tercio de pobreza y cinco millones de indigentes sobre sus espaldas, ha dejado vaciado de contenido el término progresista. En su opinión, el matrimonio K sigue profundizando el modelo menemista manteniendo una sólida alianza con grandes conglomerados de la banca, las petroleras, las empresas mineras y las agroexportadoras. Señaló que las grandes tareas actuales pasan por la lucha contra la marginación y la pobreza, recuperar las rentas de los recursos naturales, invertir en salud y educación y favorecer la capitalización de pequeños y medianos productores agrarios.

Roberto Mangabeira Unger es un intelectual de gran fuerza oratoria y pensamiento innovador. Comenzó señalando que había que radicalizar el impulso reformista de la época, pero sin abandonar el marco democrático vigente. En su opinión, para la actual socialdemocracia, hegemónica en el mundo, lo social es el azúcar que cubre propuestas muy tibias y poco audaces.

Afirmó que la tarea principal de la etapa pasa por dignificar a las personas y rebelarse contra un destino que las conduce a la miseria y marginación. En el terreno institucional, puso como ejemplo el radicalismo argentino, que nació tratando de integrar a las masas pero terminó aceptando el presidencialismo conservador de Madison. Al no renovar la democracia pecó de exceso de timidez y dejó un país vulnerable.

Los ejes de una nueva alternativa pasan, en su opinión, por dotar de un escudo económico a la rebeldía nacional.

Defendió los procesos endógenos de desarrollo señalando que ningún país se había enriquecido con el dinero de los otros países. Afirmó la necesidad de democratizar el mercado, no sólo regularlo. Habría que reconstruirlo institucionalmente en base a un nuevo modelo industrial pluralista y participativo, reconfigurando la relación capital-trabajo.

Señaló que las políticas sindicales de defensa de los derechos adquiridos favorecían a los trabajadores que estaban adentro, en perjuicio de los que quedaban marginados.

Para Unger la sociedad debe brindar oportunidades, no ofrecer caridad. Es necesario capacitar al pueblo dado que está emergiendo una segunda clase media mestiza, imaginativa, con inmensas ganas de progreso.

Estimó que debía usarse todo el poder del Estado para favorecer la expansión de esa nueva vanguardia social. Instó a modificar el actual modelo pedagógico y aprovechar el potencial del federalismo al promover un asociacionismo cooperativo entre los tres niveles.

En relación con el impulso democrático, Unger hizo un llamado a profundizar la democracia y abandonar este modelo soporífero. Señaló la necesidad de acelerar el tiempo de la política y favorecer la modernización institucional. Sugirió modificaciones dirigidas a conseguir que tanto el Poder Ejecutivo y el Legislativo pudieran ser disueltos anticipadamente para dar lugar a nuevas elecciones. Con respecto a la situación de Unasur, Unger resumió su posición afirmando que no debíamos aceptar la actual división entre países serios y países ganados por rebeldías retóricas de confusión y conflicto.

viernes, 11 de septiembre de 2009

viernes, 14 de agosto de 2009

Estratagemas de la imaginación y la actividad

“… the same circumstances that see men and women accelerate their experiments with disentanglement of associative possibility from hierarchical and communal examples of association already available to them are also likely to witness experiment with assertion of their personalities beyond the limits drawn by their routines of conduct and vision. Such experiments encourage the individual to treat his settled character as the incomplete and corrigible expression of a self. The stratagems of imagination and activity by which he carries out such experiments already involve a partial victory over automatisms and rigidities of a closed character. To come out from under the protective wall of role, habit, and frozen perception, a person must throw himself into a situation of heightened exposure. He must put himself at greater risk to the harm that other people may do him and to the destructive influence that enlarged experience may have on what he had previously regarded as his enduring core identity.

The analogies between process and outcome in material progress, visionary politics, and personal experience are more than superficial parallels. The further you go in the understanding of any of these lines of movement, the more clearly you see how such experiments connect and how the all give practical significance to the idea that, in politics, means create their own ends.”

RMU en "Plasticity into Power"

100% anti-destino

Vamos por más. Doblamos la apuesta.

Siendo que ‘flaco es el ovillo de nuestro íntimo carretel’ y que nos la pasamos ‘largando hilo al remontar estrellas de caña y papel’, tenemos derecho de alegrarnos por las ‘risas ciertas de libertad que da el Dios vivo, más no el gobierno de turno”.

GLS

Sigue dibujando










lunes, 10 de agosto de 2009

Inquietud

Este es un clásico de Savio.

La inquietud con Mangabeira

Es probable que nunca antes en la historia de Brasil la convocatoria a un ministro haya causado tanta polvareda como el nombramiento de Roberto Magabeira Unger para integrar el equipo de gobierno de Luiz Ignacio "Lula" da Silva. El tono generalizado de los comentarios de periodistas, políticos e intelectuales en relación a la noticia fue el de profunda irritación. En algunos casos presentados en términos de indignación ética; en otros, en denuncia a la inconsistencia programática, y aún en muchos, hasta como puro oportunismo. Son reacciones que merecen reflexión.

Las razones para la sonora condena de los críticos deben ser buscadas, sin embargo, en otro terreno. Desde el fin de la dictadura militar las elites pensantes y dirigentes del país se esforzaron por construir un consenso en torno de una agenda. La desintegración del sistema soviético ayudó a intensificar la urgencia de la tarea. Desde el punto de vista teórico, se trataba de la reducción del Estado a la condición de gobierno (y un gobierno sobrio y eficiente) y, aún en algunos círculos, a mero reflejo de la conciliación de clases en lucha (la idea de populismo). Desde la perspectiva práctica, el esfuerzo por construir este consenso implicaba algún cambio, sin pasar, no obstante, los límites de la lógica de continuidad del exitoso proceso de redemocratización política diseñado por los agentes de transición, muchos salidos de las entrañas del régimen autoritario.

Después de los fracasos sucesivos de los gobiernos de José Sarney (1987-1990) y Fernando Collor de Melo (1990-1992) en la organización y realización de aquella agenda, sin dejar de servir, sin embrago, como laboratorio para la reformulación de los términos del deseado consenso, el sistema brasilero experimentó señales cada vez más claras de agotamiento. Sumados a los incontables y seculares problemas derivados de la exclusión social, se convive ahora con una economía en situación de stress acentuado por la cuestión inflacionaria. En ese momento, en una singular combinación de destino y acción humana, la historia brasilera pasa por una reorientación.

El impeachment, el intervalo del gobierno de Itamar Franco (1992-1995) y la elección de Fernando Enrique Cardoso (1995-2003), posibilitaron el surgimiento de las condiciones apropiadas para la realización del soñado consenso y de su nueva agenda. Desde entonces este proceso fue entendido y procesado por la mayoría de los que escriben y leen los diarios –la opinión pública del país- como una especie de “renacimiento”. Hasta mismo sus más visibles adversarios, años más tarde, se acomodarían a este consenso y a su agenda.

El profesor Roberto Mangabeira Unger fue, desde siempre, la figura que, de forma más consistente, se opuso a este consenso y a sus premisas. Y, tal vez, aquel que también de manera más clara y acertada presentó una alternativa teórica y política. Sus interpretaciones de los constreñimientos que traban al país y sus propuestas programáticas para superarlos siempre estuvieron –desde la apertura política cuando actuó en el Movimiento Democrático Brasileiro (MDB) hasta la actualidad- en confrontación abierta tanto con el núcleo duro del consenso, representado por el neoliberalismo selectivo practicado por el Partido da Social Democracia Brasileira (PSDB), como también con la posición del Partido dos Trabalhadores (PT), desorientado por sus abstracciones conceptuales e ideológicas que, al aproximarse al poder, las descartó en las progresivas concesiones hechas al consenso.

De esa forma, la comprensión adecuada al bullicio causado por la aproximación de Roberto Mangabeira Unger al gobierno de Lula –que a rigor ya había ocurrido durante la última campaña electoral - requiere, prima facie, la constatación de que el pensador brasilero radicado en E.E.U.U. no se sumó al consenso “social demócrata” tropical ni se dejó seducir por una eventual cooptación. Por lo tanto, los temores de tener un consejero de príncipe dotado de autoridad intelectual singular e imaginación institucional rica –lo que, para muchos, es el mayor de los peligros- no son inapropiados. Pero, si esta línea de interpretación fuera útil para explicar las razones de todo este ruido, aún no permite divisar los sentimientos que la conducen con tanto furor.

Roberto Mangabeira Unger, a pesar de todo el deslumbramiento intelectual que causa en el primer mundo –lo que despierta la envidia y el desprecio de muchos en nuestra intelectualidad- siempre tuvo su mente y corazón puestos en Brasil. ¿Cómo explicar que una persona tenga una cátedra vitalicia en la más prestigiosa universidad del mundo y querer obsesivamente participar de la política brasilera? Más allá de eso, frecuentemente son asociados a él algunos fantasmas que asombran tanto a la elite del poder como a las izquierdas convencionales en nuestro país. De un lado, la relación política e identificación personal con Leonel Brizola –considerado un radical y estigmatizado por su disposición práctica intransigente. De otro lado, la creencia inexorable en la posibilidad de la reorganización estructural, sin fetiches, del poder y de la economía en la sociedad brasilera. Por eso, las ideas sin acento del brasilero que habla con acento, generan tanta inquietud.

Carlos Savio G. Texeira es asesor especial de la Secretaria de Asuntos Estratégicos y profesor de Ciencia Política de la Universidad Federal Fluminense (UFF).

Trad.: María Sol González Sañudo

lunes, 3 de agosto de 2009

Seis



Seis tesis sobre el presente y futuro regional



Roberto Mangabeira Unger Para LA NACION

1. En América del Sur falta definir y explorar el camino. El Mercosur y la Unión Sudamericana continúan siendo cuerpos sin espíritu. Discutimos sobre comercio y dinero. No hablamos de lo más importante: nuestro proyecto común, nuestra estrategia de desarrollo, nuestro modelo institucional. No hablamos del modelo porque no lo tenemos. No tenemos modelo porque no hablamos del él.



En nuestro continente, prevalecen dos orientaciones. Hay Estados que se quieren revelar pero no saben cómo. Se hunden en un pantano de conflictos y confusión. Y hay naciones bien organizadas que aceptaron las fórmulas institucionales recomendadas por las autoridades políticas, económicas y académicas de los países ricos. Padecen el síndrome del niño que se comporta bien. La Argentina y Brasil intentan escapar de la opción entre confusión y claudicación.



2. No es verdad que el rumbo para avanzar sea combinar el formulario institucional importado y la pseudo-ortodoxia económica con programas sociales -"redes de protección social"- destinados a humanizar lo inevitable. Eso puede tener éxito relativo en países chicos, a costo de aumentar la desigualdad interna y de limitar la independencia nacional. No es una solución para repúblicas grandes y vibrantes como la Argentina y Brasil. No lograríamos ser pedazos de la Europa desilusionada, perdidos en el Atlántico sur, aunque quisiéramos serlo.



3. La esencia de la alternativa necesaria es promover las innovaciones institucionales que necesitamos para democratizar el mercado, capacitar el pueblo y profundizar la democracia. Construir un modelo de desarrollo basado en la ampliación de oportunidades para aprender, trabajar y producir. Y afirmar la primacía de los intereses del trabajo y de la producción sobre los intereses del dinero ocioso. No alcanza con regular el mercado o contrabalancear, con programas sociales, sus desigualdades. Es necesario reorganizar la economía de mercado para dar más acceso a más mercados a más gente de más maneras. Instaurar una forma de educación pública que subordine la asimilación de informaciones al dominio de capacitaciones analíticas. Y formar las instituciones de una democracia por el cambio, de alta energía, que eleve, de manera organizada, la participación popular en la vida republicana, rompa los impasses entre los poderes políticos, aproveche el potencial experimentalista del régimen federal y, con todo eso, garantice que el cambio no necesite de la crisis como partera.



4. Partamos al medio la falsa ortodoxia económica. Reafirmemos la parte indispensable -el realismo fiscal- aunque sea a costa de renunciar al keynesianismo bastardo, que entre nosotros se transformó en populismo irresponsable. Rechacemos la parte dañina: la ilusión de que podemos enriquecernos a costa de vivir de fiado del capital extranjero. Aseguremos el aumento obligado del ahorro nacional público y privado como indispensable escudo de nuestra insubordinación.



5. Este programa tiene base social. Hay en nuestras sociedades una nueva clase media mestiza: millones de personas que vienen de abajo, luchan por abrir pequeños emprendimientos e inauguran la cultura de autoayuda e iniciativa. Ya están en el comando del imaginario popular. La revolución que nos conviene es que el Estado use sus poderes y recursos para permitir a la mayoría seguir el ejemplo de esta vanguardia de batalladores y de emergentes. Es para eso que tenemos que reconstruir nuestras instituciones.



6. Un día, la Argentina y Brasil serán un único país. Cuentan con energía humana ilimitada y recursos naturales casi ilimitados. Lo que aún no consiguieron es unir audacia e imaginación.

jueves, 30 de julio de 2009

Una forma de tragedia


"I know of few greater personal tragedies than those of well meaning men and women who have devoted their lives to the achievement of some ideal only to find at the end that they were dealing with surface causes and cures. Such are the peace workers who think that war can be eliminated by governments formally agreeing to renounce aggression; such are the charity workers who think that poverty can be overcome by private contributions to the needy; such are all those who think that depressions can be avoided by tinkering with the capitalist system."

Corliss Lamont

jueves, 23 de julio de 2009

Uno de los sabios




Alejandro Korn es uno de los miembros del panteón platense, también integrado por el mismísimo Almafuerte. Sobre él, leemos a Oscar Terán (y no dudamos en seguir agregando negrita):



“Lo que atrae al filósofo argentino es la concepción de la conciencia que establece una diferencia esencial entre ella y el mundo físico, y que se traduce en la apertura de una zona de libertad allí donde el positivismo había establecido la férreas leyes del determinismo naturalista. (…) Pero dentro de esta adhesión, Korn no está dispuesto a renunciar a logros de la modernidad positivista como la ciencia y la técnica, y mediante una actitud componedora y moderada pretende introducirlos en una jerarquía que los subordina a otros valores espirituales.



Si Korn no cuestionaba estructuralmente el modelo económico del 80’ era porque suponía que los efectos negativos de sus logros podían corregirse en el sentido de la justicia social. Si la finalidad del positivismo alberdiano había residido en la acumulación de riquezas, la hora actual es para Korn el momento de la redistribución de dichos bienes, aunque ello implique la relativización del derecho de la propiedad privada.”




GLS

Transformación institucional


De Karl Polanyi, en “La Gran Transformación”, con negrita nuestra:


“El fracaso del patrón oro apenas hizo otra cosa que fijar la fecha de un acontecimiento que era demasiado grande para haber sido causado por él. Nada menos que una destrucción completa de las instituciones nacionales de la sociedad del siglo XIX acompañó a la crisis en una gran parte del mundo, y por todas partes estas instituciones fueron cambiadas y reformadas hasta el punto de casi no poder ser reconocidas. El Estado liberal en muchos países fue reemplazado por dictaduras totalitarias, y la institución central del siglo – la producción basada en los mercados libres- fue sustituida por nuevas formas de economía. El fracaso del sistema internacional, aunque precipitó la transformación, ciertamente no hubiera explicado su profundidad y contenido. (…) La historia fue ajustada al cambio social; el destino de las naciones fue unido a su papel en una transformación institucional


GLS

martes, 14 de julio de 2009

Mala racha


Por un motivo u otro, se sigue constatando que es muy difícil pensar a largo plazo en nuestra Patria Grande.


GLS

("Obstáculo", de Caridad Pontes)

lunes, 13 de julio de 2009

jueves, 2 de julio de 2009

Barajar y seguir dando...





"Em tudo, apliquei um método. Procurei reinventar e reconstruir, ao mesmo tempo, a idéia de um projeto de desenvolvimento nacional e a prática do planejamento de longo prazo."

(Carta de RMU a Lula)

viernes, 19 de junio de 2009

Él es la bandera



Al acercanos a un nuevo aniversario de la muerte de uno de nuestros compatriotas más grandes, recurro, como forma de homenajearlo, a un artículo de un notable justiciero historiográfico.

GLS



Belgrano no fue un costurero
Rodolfo Terragno

Visionario y hombre de acción, Belgrano es recordado por haber mandado a coser géneros de dos colores. En Estados Unidos se dice que la bandera la diseñó una costurera de Filadelfia. En la Argentina, se atribuye el “mérito” a un hombre de quien se olvida lo principal: concibió el primer plan económico, hizo la Revolución y ganó las principales batallas de la Guerra de la Independencia

La historia argentina está cargada de injusticias.

Esta es una de las mayores.

Un padre de la Patria —visionario y hacedor— es recordado por el más insignificante de sus méritos: haber mandado a hacer una bandera.

La creadora del pabellón norteamericano fue Betsy Ross, una costurera de Filadelfia. A nadie se le ocurre rendirle pleitesía por haber juntado unas barras y unas estrellas: un diseño, al menos, más imaginativo que el de la elemental bandera argentina.

El estandarte que Belgrano creó en 1812 no fue, siquiera, símbolo de independencia.
Celeste y blanco eran los colores borbónicos. Goya inmortalizó a Carlos IV y Fernando VII luciendo, sobre sus pechos, bandas idénticas a las que hoy usan los presidentes argentinos.
Manuel Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano estudió leyes en Salamanca, pero tenía todo aquello que Salamanca non presta.

Fue él quien elaboró el primer plan de desarrollo económico del Río de la Plata.

Imaginó cómo expandir la agricultura, fomentar el comercio e introducir nuevas industrias.

Comprendió —anticipándose a Alberdi— que el país estaba “vacío” y había que poblarlo.

Comprendió —anticipándose a Sarmiento— que sólo un pueblo cultivado podía “conocer y amar la libertad”; y bregó por la difusión del libro, “maestro sin pereza”.

No fue, sin embargo, un mero planificador.

Sabía que —así como la acción sin ideas es vicio de políticos— la idea sin acción es vicio de intelectuales.

Cuando los británicos invadieron Buenos Aires, tomó las armas y, en 1807, sirvió como oficial de Patricios a las órdenes de Santiago de Liniers.

Secretario de la Primera Junta, luego se improvisaría como militar para triunfar en las dos mayores batallas de la Independencia:

Tucumán (1.800 criollos contra 3.200 realistas)
Salta (3.000 criollos contra 3.400 realistas).

El exitismo argentino terminó condenando a Belgrano porque, después de aquellas victorias, no pudo con 3.000 realistas en Vilcapugio y 3.500 en Ayohuma.

Sin embargo, nadie puede menospreciar su rol libertador.

San Martín —grande por su campaña continental— libró en el territorio argentino apenas un combate que, comparado a las batallas belgranianas, aparece como una refriega: sus granaderos, apostados en el convento de San Carlos, emboscaron a 250 realistas que llegaban a buscar víveres.

Belgrano, el hombre que había asegurado la frontera jujeña y salvado a la Revolución, mereció el olvido por no haber salvado (como si hubiese sido fácil) el Alto Perú.

Cuando murió, el 20 de junio de 1820, era una figura desdibujada.

Sólo un periódico le dedicó un breve obituario. Fue el Despertador Teo-Filantrópico, Místico-Político, editado por el sacerdote franciscano Francisco de Paula Castañeda.

Cuatro décadas después, Bartolomé Mitre hizo justicia: en 1859 apareció la primera edición de Historia de Belgrano y la Independencia Argentina.

Fue después de escribir la biografía de Belgrano que Mitre redactó su Historia de San Martín y la Emancipación Sudamericana (1877).

En los dos títulos se resumía la diferencia entre dos hombres insignes.

San Martín, el vencedor de Maipú y Chacabuco, el conquistador de Lima, fue el genial libertador itinerante.

Belgrano fue la gran figura de la independencia vernácula.

La bandera no tiene la menor importancia.

miércoles, 29 de abril de 2009

Lo social

Abusando de nuestra amistad con C.S., volvemos a recurrir a él para que nos aclare un poco el panorama.





A idéia contemporânea do "social"

Carlos Sávio G . Teixeira

A grande questão política e intelectual deste início de milênio continua sendo: é possível reconstruir as sociedades para que elas consigam ir além das conquistas alcançadas pelas socialdemocracias? As características mais marcantes das socialdemocracias são a acomodação diante do sistema institucional existente e a adoção de práticas de compensação social para amenizar os conflitos no interior da ordem social.O arranjo político que propiciou a emergência da socialdemocracia se baseou em um acordo para que as forças contestadoras - tendo a seu favor a ameaça do avanço do comunismo - negociassem o abandono do esforço de reorganizar a produção e a política em troca da possibilidade de reforma social da sociedade por meio de práticas de redistribuição. O problema é que este contrato socialdemocrata dá mostras de que chegou aos seus limites.

A exaustão socialdemocrata exige, para ser superada, a recuperação da idéia de futuros alternativos para as sociedades. Mas o problema é que os instrumentos com que pensar as alternativas estão bloqueados pela herança recebida das grandes narrativas teóricas dos séculos XIX e XX, que exerceram e ainda exercem enorme influência sobre a política contemporânea. A idéia mais importante desta tradição intelectual é a de que as sociedades enfrentam grandes alternativas estruturais: o que parece ser um conjunto eterno de leis sociais é, de acordo com esta idéia, apenas um conjunto de leis de uma forma específica de organização social e econômica. Ela define como particular aquilo que seria universal.Mas a esta idéia metodológica antinaturalista das grandes teorias sociais foi acoplado um conjunto de premissas fatalistas que lhes roubaram o poder transformador. Primeiro, a concepção de que há uma lista fechada de alternativas estruturais na história, como o feudalismo, o capitalismo e o socialismo. Segundo, a concepção de que cada um desses sistemas institucionais é indivisível e que, portanto, toda a prática política ou é a reforma trivial de um desses sistemas ou a substituição revolucionária de um por outro. E, terceiro, a busca de leis que moveriam a sucessão preestabelecida desses sistemas. Estas premissas atrapalharam e continuam atrapalhando a prática transformadora.

Por outro lado, na ciência social positiva, sobretudo na que é praticada na academia dos Estados Unidos e em seus satélites, o determinismo é abandonado ao preço da desconsideração das alternativas estruturais. Essa ciência social se esforça para naturalizar o existente, retirando da história o seu cunho chocante, surpreendente, absurdo, violento,que seria a tarefa de toda ciência social realista reconhecer e explicar. O grande desafio de nosso momento histórico está, portanto, no resgate da idéia de que a sociedade é um artefato, resultado de uma construção e de que esta construção pode ser alterada nos seus pressupostos institucionais e ideológicos. Para realizar esta tarefa é preciso rejeitar a herança política e intelectual do século XX. Ela forjou uma situação na qual todo o campo das idéias sociais está hoje dominado pelas práticas intelectuais da racionalização e da humanização.

A racionalização sugere que as práticas e as instituições estabelecidas são necessárias e inevitáveis e, dessa forma, liga o trabalho da inteligência à apologia da realidade. Nenhuma área do estudo social evidencia mais explicitamente essa tendência do que a economia. Já a humanização sugere meios para atenuar os efeitos das desigualdades. O resultado é o predomínio, no debate de políticas públicas, da ênfase em ações sociais compensatórias para redimir a desumanidade do mercado. Significa ganhar a capacidade de humanizar a situação existente em troca do desarmamento da capacidade de reorganizar a sociedade. Esta é a idéia predominante na teoria jurídica e na filosofia política atuais. A solução é a compreensão de que a troca de passividade institucional por compensação social não funciona. A política social não é ramo da caridade, é espaço da política. Investir no social sem mudar as instituições não constrói cidadania.

miércoles, 22 de abril de 2009

Año

("Le Serment des Horaces" de Jacques-Louis David)

Inspiración. Carta. Ayuda. Solidaridad. Esfuerzo. Fe. Alegría. Sorpresa. Sueños. Tiempos. Peleas. Agendas. Viajes. Proyectos. Dudas. Cansancio. Deslumbramientos. Idiotez. Argentinidades. Amistades. Renovaciones. Política. Confirmaciones. Decepciones. Intereses. Instintos. Mezquindades. Abusos. Desgano. Futuro. Ideas. Libros. Poder. Pasado. Dinero. Trabajo. Radio. Almuerzo. Presente. Fundación. Cena. Negocios. Televisión. Embajada. Enemigos. Corrupción. Fuerzas. Intentos. Progreso. Ida. Universidad. Vuelta. Realidad. Fantasía. Websites. Homenajes. Juramento… En una palabra: LUCHA.


La promesa de una lucha de muchos años.

GLS

miércoles, 15 de abril de 2009

The Future of Religion and the Religion of the Future


Ese es el título de dos palestras que RMU estará dando hoy y mañana en Stanford, en el marco de las
Tanner Lectures on Human Values. Se trata de una una serie de conferencias sobre humanidades, iniciada por O. C. Tanner en 1978. Estamos a la caza de los correspondientes papers.


GLS

lunes, 13 de abril de 2009

Principios del desarrollo




Hace unos años, RMU dictó un seminario junto a Dani Rodrik. Para esa ocasión, prepararon una serie de trabajos muy cortos. Uno de ellos era simplemente una lista de principios "respetables " sobre el desarrolllo, seguida por una lista de principios "execrables". Ahi van:

Thinking about development: respectable and accursed principles

Roberto Mangabeira Unger


The respectable principles

1. Avoid deficits both in the budget of the government and in the external accounts. Do not live beyond your means, except if:
a. You use the borrowed means effectively to fund an increase of productive capacity;
b. You need to break a low-level equilibrium of economic activity, shaped by inadequate willingness to spend and invest.
c. You are the hegemonic power (i.e. the United States), and can live for a long time off other people's money as well as off your own.

2. Do not debase the currency. Be sure the monetary authorities are independent and committed to price stability.

3. In general, prefer to achieve fiscal balance by limiting public spending rather than by increasing the tax take. Lighten the burden of taxation on economic activity both by preferring taxes that are relatively neutral in their economic impact (e.g., the VAT) and by limiting the aggregate tax yield.

4. In every area of economic, social. and political life, adopt some version of the best available practices and institutions, as they are now established in the United States and Western Europe.

5. In particular, consolidate the classic institutions of private property, and make them available, with a minimum of cost and red tape, to the largest number of people. Get the government out of the business of producing things.

6. Preserve incentives to work, save, and invest, and avoid distortions of price signals.

8. Encourage competition, both domestic and international Develop free trade as rapidly and as broadly as possible..

9. Maintain hard budget constraints, at both the national and the enterprise levels.

10. Spurn administrative arrangements susceptible to rent-seeking. Do not try to "pick winners" through a directed trade and industrial policy. Prefer rule-bound, arm's-length regulation to the discretionary allocation of support.

11. Regulate the banks carefully, and ensure their transparency to depositors as well as to regulators. Develop an orderly capital market that can help attract saving and channel funds to the most efficient users.

12. Move prudently toward an opening of the capital account. Be sure your financial and regulatory institutions are ready.

13. Adopt a floating exchange-rate regime or, in special circumstances, a fixed peg to a major world currency or
currencies. Avoid intermediate solutions in the design of the exchange regime.

14. Do not try to raise the real value of the wage above the rate of productivity growth in your economy. Move toward flexibility in labor markets.

15. Strive for clean government and for a judiciary capable of enforcing contracts.

16. Run a public administration that is lean but able, staffed by a qualified and well-compensated career public service.

17. Give high priority to broad-based investment in education and to the development of social-safety nets.

18. Direct social spending to the people who most need it , and prevent it from being squandered on relatively privileged groups.

19. Above all, win and maintain the confidence of the people at home and abroad who have the money.

20. Send your young economists, lawyers, and bureaucrats to study at Harvard (the better to grasp the respectable principles), or, when that is not possible, to the closest available equivalent.



The accursed principles

1. Treat markets as a simplified form of cooperation among strangers (impossible when there is no trust and unnecessary when there is high trust), rather than treating cooperative practices as localized responses to market failures.

2. Prefer those cooperative regimes that are more hospitable to innovation. Recognize cooperation and innovation as twin but conflicting requirements of economic growth and look how to moderate their interference with each other.

3. Look for economic and political institutions that can expand access to productive resources and institutions, even when the development of such institutions may set you an a path of cumulative divergence from the arrangements now established in the rich North Atlantic world. Understand that the market economy, like representative democracy or free civil society, lacks a natural and necessary institutional form. Treat the coexistence and conflict of alternative institutional forms of economic, political, and social pluralism as a practical and moral opportunity for all humanity as well as for each nation.

4. Reject, as self-defeating, populist and authoritarian shortcuts to socially inclusive economic growth. Incorporate most of the respectable principles, but change their meaning by combining them with these accursed principles.

5. Ensure the conditions for mobilizing the resources of the country and defying the whims of the international capital markets:
a. high, mandatory pension saving;
b high tax yield, with minimal trauma to relative prices and incentives (i.e., initial reliance on regressive taxation, with redistributive correction achieved on the spending side of the budget);
c. the stick: selective controls of capital movements;
d. the carrot: tightening of links between saving and production, both within capital markets (e.g. protection of minority shareholders) and outside them (independent public and private venture capital funds).

6. Prefer democratizing the market to merely regulating it or compensating, through retrospective transfers, for gross inequalities. Find institutionalized ways to give more people access, in more ways, to productive resources and opportunities.

7. Seek to challenge and overcome economic dualism -- the deep separation between productive vanguards and rearguards -- by lifting up the rearguards and tightening their links with the vanguards. Press to generalize advanced economic practices (flattened hierarchies, cooperative competition, production as learning and permanent innovation) beyond the frontiers of the present capital and knowledge-intensive vanguards. Do so by encouraging cooperative competition among networks of small and medium firms as well as by establishing decentralized partnerships between government and existing or emerging private enterprise.

8. By such partnerships, give practical effect to the idea of a modest economic independence for the little guy, while distinguishing this idea from the limited vehicle of isolated small business.

9. In this context, reintroduce public enterprise whenever useful as a temporary tool, not as the expression of an ideological principle. However, impose hard budget constraints on all public enterprises, and make them independent and competitive.

10. In the established private economy, impose “capitalism” on “capitalists.” Break up oligopolies, and undermine family control of big business.

11. Prefer capacity-giving economic and educational endowments (including some form of asset redistribution) to compensatory transfers. Give everyone a capacity-enhancing stake in the economic order.

12. Discard the dogma that the value of the real wage cannot rise above the level of productivity growth. Raise the value of the wage by a combination of democratic deepening, institutional changes (enhancing labor rights without creating a division between insiders and outsiders) and educational, skill-enhancing initiatives.

13. Prefer a strategy of economic growth that combines export orientation with a deepening of the domestic market, achieved through (a) expansion of the social base of advanced production and learning; (b) decentralized, pluralistic, rule-bound, and performance-based coordination between government and private enterprise; (c) resistance to making competitiveness depend on continuing wage repression; (d) selective engagement with the world economy on terms compatible with the national project.

14. Do not accept the identification of free trade with the system now organized by the dominant powers. Agitate to change the rules. Base the agitation on national heresies and on pressure applied by the heretical powers both to (a) prevent the world system from entrenching as vested rights the interests of the dominant powers (interests reflected, for example, in the aggressive expansion of intellectual property rights, the exemption of first-world agriculture, and the grandfathering of first-world export subsidies) and (b) make the system more supportive of altenative national ways (either the many ways or the second way to the many ways).

15. In the organization of the world economy, struggle to diminish, by small but cumulative steps, the contrast between the mobility of capital and the immobility of labor.

16. Deny conclusive force to arguments of the form: any policy involving differential treatment (for example, differential tariffs or differential interest rates) may be best in theory but will not be best in practice, because all selectivity is an invitation to the marriage of dogmatism with favoritism. Refuse the choice between "laissez-faire" and collusion. To escape this Hobson's choice, forge the instruments for a decentralized coordination between government and private enterprise. And change the background conditions and constraints shaping the relation of government to the economy and the society (theses 17 and 18).

17. Do not count on policy makers. Count on politics. Work toward a high-energy but institutionalized politics, marked by a high level of civic engagement and the rapid resolution of impasse between branches of government.

18. Favor a more general, more equal, and more independent organization of civil society as a counterpart to the democratizing of the market and the deepening of democracy. Supplement the traditional devices of private law by a public-law framework for the organization of civil society outside the state.

19. Seek in all things creative and productive power, with the broadest possible social base, and sacrifice, when necessary, the confidence of international finance to the needs of the real economy. To this end, take advantage of contradictions among domestic as well as foreign interests (for example, differences between the interests or the prejudices of financial and industrial capital). Take care first, however, to put in place the conditions for a favorable outcome (high tax take and saving level, prospect for expansion of productive activity and opportunity, promising export strategies, selective capital controls).

20. Go to Harvard (or the equivalent) to master the respectable principles, and discover the accursed principles.

GLS

miércoles, 8 de abril de 2009

Христос Bоскрес


Воїстину воскрес!

(Es lo único que importa.)

GLS

Histórico


Siendo que este espacio ya rumbeó para el transitado lado de los tomates, aprovecho para expresar mi felicidad por el histórico evento del viernes próximo: Iorio y Lemmy, los colosos del metal pesado, se unen para reventar cabezas.

Comparto, en homenaje a las dos bandas más grandes del mundo, un par de letras inspiradoras, aunque crudas.

GLS

Por nacer - (Almafuerte)

Por nacer, en este suelo,
hice un pacto yo con Dios
o tal vez fue con el diablo, no lo sé.
Sólo recuerdo el mandato decidor,
de no callar lo que tanto se calló.

Después, parece no importarle
a quién parece no sentir.
Tal vez, porque guardando el pan
se cree dueño del buen vivir.

Pobre de él, el orejero cipayo del patrón.
De quien decreto o palazo manda sean ley.
Por mantener a resguardo el botín,
de los que matan con hambrea la nación.

Donde yo, soñando estoy morir
como quién soñando está crecer

Después, parece no importarle
a quien parece no sentir.
Tal vez prefiere olvidar,
por bien de su propio existir.

March or Die - (Motorhead)

The beast behind our eyes is loose,
The day has come, the day has come,
We march to Armageddon,
hungry for the war.

I see the hated enemy,
I see what I was taught to see.
And one of us will bend the knee.
We understand the law.

The blood lust jerks our legs to march.
Fife and drum, fife and drum.
Our eyes are fixed and fearless,
searching for the war.

Our statesmen deal in blood and lies,
100 million stifled cries,
100 million wasted lives
already gone before.

So March or Die, March or Die.
The stench of death is in the sky.
We never fail to satisfy.
We rend with tooth and claw.

Sword and shield and jackboot heel
We love to kill, we love to kill.
We love to taste our own blood
squirm in our own gore.

Children weep and widows wail.
Our education systems fail.
To hide our guilt we build more jails
and we shall build still more.

Our forests die, the stranglehold
that we put on the earth for gold
will yet increase ten thousand fold.
And no one knows what for.

March and die, March and die.
Defecate, despoil and lie.
Cheat, dissemble, preach & spy.
Build your house of straw.

Laugh and cry, laugh and cry.
Bloody sunset drowns the sky
for earth to heal then we must die.
No-one deserves it more.

I tell you we are doomed my friends.
Our time is come, our time is come.
We live within a charnel house,
rotten to the core.

We glorify lust, greed & pain.
We drown our hope in poison rain.
We point the finger, shift the blame.
Ambition makes us whores.

March or croak, march or croak.
All your lives a cosmic joke.
Fill your days with piss and smoke.
The wolf waits at your door.

Burn and dance, burn and dance.
Sex, death, torture, false romance.
Whoop and howl, you have no chance.
Burn and rise no more.

El aviso de un grande


Un día de 1942, en el diario “La Prensa”, apareció el siguiente clasificado:

"Caballero argentino, casado, de 44 años, con amplias relaciones, estudios universitarios, técnicos, una vasta cultura general, científica, literaria y filosófica, con experiencia general y profunda de nuestro ambiente económico y político, ex redactor de los principales diarios, autor de varios libros premiados y de investigaciones, aceptaría dirección, administración o consulta de empresa argentina, en planta o en proyecto, en los órdenes industria, comercial o agrario. Dirigirse a Raúl Scalabrini Ortiz, Calle Vergara 1355, Vicente López".

Voy a estar en deuda siempre con Norberto Galasso, aunque hoy por hoy rechazo sus posturas, por haber comentado esa anécdota y por haber reflexionado así:

“¿Por qué R.S.O pide trabajo y es desconocido para el público en general? ¿Por qué no tiene donde expresarse. Es un maldito y él era consciente que eso se produciría: aislamiento, boicot, marginalidad, etc. El había descubierto algo importante y sabía lo que le ocurriría. Fue conscientemente al silenciamiento.”

GLS

Devaneo


Como no puede ir a verlos, compenso la frustración desnaturalizando el propósito para el cual este espacio fue creado.
GLS

martes, 7 de abril de 2009

La globalización (a veces) no se mancha


Simpático el artículo de Dani Rodrik que recientemente encontramos en su blog. Veamos cómo el turco -que no es Asís- utiliza a la pasión de multitudes para presentar los potenciales beneficios de la globalización. Fobal!! Fobal!! Foobaaall!!!

GLS

Globalization and the Beautiful GameEnlace

March 2008

How does globalization reshape wealth and opportunity around the world? Is it mainly a force for good, enabling poor nations to lift themselves up from poverty by taking part in global markets? Or is it mainly an unequalizing force, creating vast opportunities for a small minority while leaving the rest out in the cold?

If you want to understand these questions, look no further than soccer. Ever since European clubs loosened restrictions on the number of foreign players, the game has become truly global. African players, in particular, have become ubiquitous on the scene, supplementing the usual retinue of Brazilians and Argentines. Indeed, the foreign presence in soccer surpasses anything that we see in other areas of international commerce. Arsenal, which currently tops the English Premier League, has a first eleven that typically does not include a single British player. If you put together all the English players on the roster of the four English clubs which recently advanced to the final 16 of the UEFA Champions’ League, you would hardly be able to field a single team.

There is little doubt that foreign players greatly enhance the quality of play in the European club championships. Europe's soccer scene would not be half as exciting without strikers such as Cote d’Ivoire’s Didier Drogba (playing with Chelsea) or Cameroun’s Samuel Eto'o (with Barcelona). The benefits to African talent are easy to see too. African players are able to earn much more money by marketing their skills to European clubs—not just the top clubs in the Premiership or the Spanish Primera Liga, but the countless nouveau-riche clubs in Russia, Ukraine or Turkey.
Sure, the international mobility of soccer players has no doubt increased the earnings gap between stars such as Drogba and Eto’o and their compatriots back home. This is part and parcel of globalization too: enhanced global economic opportunities lead to wider disparities between those who have the skill or the luck to take advantage of these opportunities, and those who do not. But this kind of inequality is not necessarily a bad thing. It makes some people better off without making others worse off.

So is soccer globalization win-win? Not necessarily, because soccer enthusiasts care about country as well as club, and here the consequences of the global mobility of talent are not as straightforward. Many fear that the quality of national teams is affected negatively by the availability of foreign players. Why invest in breeding grounds for local talent if you can simply hire them from abroad?

England once again provides an apt illustration. Many have blamed the country’s failure to qualify for this summer’s European national championship on the preponderance of foreign players in English club teams. And there is a broader backlash under way as well. Sepp Blatter, the president of soccer’s global governing body (FIFA), has been pushing a plan to introduce quotas on the number of foreign players that club teams would be allowed to have on the field: he wants no more than five.

What about the impact on African countries? What has the exodus of players done to their domestic leagues and the enjoyment of African fans? No doubt the globalization of soccer has increased the quality of many African national teams relative to European national teams. After all, countries such as Cameroon and Cote d’Ivoire nowadays field teams that include some of the very top players in European clubs. On the other hand, globalization probably also has reduced the quality of domestic leagues in Africa relative to club play in Europe.

Is the typical resident of Yaoundé better or worse off as a result? The decline in the quality of domestic play is perhaps not a big deal if you can afford a cable connection that allows you to tune in to the English Premier League every weekend. But otherwise, you are entitled to feel that globalization has left you out in the cold.

The 2008 Africa Cup of Nations, held in Ghana during January and February, revealed the two-way interdependence that the globalization of soccer has created. Many European clubs were left without their star players, as those players were called on to national-team duty. For their part, the African players grumbled that their absence from Europe reduced their commercial opportunities during a crucial period of league play.

But the most important lesson revealed by the Africa Cup is that successful nations are those that combine globalization’s opportunities with strong domestic foundations. For the winner of the cup was not Cameroun or Cote d’Ivoire or any of the other African teams with loads of star players from European leagues, but Egypt—a country where only 4 players (out of a roster of 23) play in Europe. By contrast, Cameroun, whom Egypt beat in the final, featured just a single player from a domestic club, and 20 from European clubs. Few of the Egyptian players would have been familiar to Europeans who watched that game, but Egypt played much better and deserved to win. And it wasn’t a fluke either: Egypt is the most successful national team in the tournament, and had won the African cup five times previously.

The lesson is not that embracing globalized soccer is a bad thing. If that was the key, Sudan, which has no players in Europe, would have done really well. Instead, it was the least successful team of the tournament (along with Benin), losing all three games it played.

The real lesson is that if you are going to take full advantage of globalization, you need to develop domestic capabilities along with international links. What makes the difference for Egypt is that the country has a strong domestic league, which fosters depth of talent and coherence as a national team.

And so it is with the champions of globalizations in other arenas. What sets apart the Chinas and Indias of this world is not that they have laid themselves bare to the forces of globalization, but that they have used those forces to enhance their domestic industrial and productive capacities. The benefits of globalization come to those that do their homework.

Dani Rodrik

lunes, 6 de abril de 2009

Aporte


El amigo Carlos Savio nos manda su reseña de "O que a esquerda deve propor"

A esquerda que diviniza

Em um pequeno, porém, brilhante e marcante artigo (Folha de SP, 01/12/98) Mangabeira resume o enredo de um dos mais espetaculares romances da literatura mundial, D. Quixote de la Mancha. Fala-nos de Quixote, um homem franzino, que recusa a inevitabilidade da pequenez e quer ser grande. Ele vê no sacrifício e no enfrentamento o caminho que leva à grandeza. Apesar de suas ilusões, consegue achar alguém que nele acredite; é Sancho que irá se transformar em seu fiel escudeiro, deixando-se seduzir pelas suas fantasias. Convidado para compartilhar grandes aventuras, os dois travam lutas fantásticas, no plano da realidade e principalmente da fantasia. Algumas esse homem sonhador ganha, outras tantas perde e empata em muitas. No final, trazido de volta para casa, "adoece, delira, conclui que se iludira e morre". Antes, no entanto, no decorrer do périplo maravilhoso, Quixote começa a "sanchificar-se" e Sancho a "quixotizar-se". Ambos, afinal, lutam pela mesma coisa, o trabalho do amor e da imaginação diante da morte. Reconhecem o descompasso entre as circunstâncias amesquinhadoras em que todos vivemos e o desejo infinito do infinito. Carrega significado especial para sociedade e cultura como as nossas, que dificultam e desautorizam toda tentativa de virar as costas para que se pode ver e tocar.

Embora este novo livro de Mangabeira seja dirigido ao mundo, é possível que ele tenha sido pensado tendo à sociedade brasileira como horizonte. Em seus trabalhos sobre o Brasil, Mangabeira persevera na idéia de que há um rumo diferente do atual para o país. Mas supõe que uma alternativa nacional só pode vingar à luz de uma ortodoxia universalizante que combata, sem tréguas, a "ortodoxia universal" dominante. Investe, portanto, contra uma vasta literatura que, entre nós, recusa-se a pensar o novo, mesmo que para isso tantas criem moinhos de vento para justificar a ausência da audácia criadora. Não se detém na vertente conservadora, porque essa já capitulou antes mesmo de começar a lutar. Lança-se contra pretensos reformistas, progressistas de toda sorte, falsos revolucionários, que "interpretam" o Brasil com olhos estrangeiros. Mangabeira examina, analisa, faz o diagnóstico, e propõe um esquema de enfrentamento, fundamentado na construção pretérita de sua argumentação teórica. Na melhor tradição do pensamento moderno e contemporâneo, entre os séculos XVII e XIX, propõe ação transformadora, passando ao largo do niilismo pós-moderno.

Advoga, desse modo, a construção de um pensamento radical voltado à imaginação das instituições alternativas, tarefa tão desprezada pelas duas principais correntes teóricas no país. Os formados no âmbito das ciências sociais de corte norte-americano sonham com a repetição de condições e etapas que, no mundo central, conduziram ao desenvolvimento e à superação de estruturas obsoletas. Os que bebem na tradição marxista de extração européia parecem, a cada conjuntura, ou ficarem perplexos com o fenômeno da "reprodução das estruturas" (parece que ad infinitum, diga-se). Ou, então, parecem apalermados pela incapacidade do país trilhar o périplo revolucionário. Entre um limite e outro reina a confusão teórica e a falta de rigor conceitual, enquanto o doente paralisado aguarda soluções que não chegam.

As propostas de Mangabeira visam atingir dois grandes conjuntos de objetivos. De um lado, construir instituições que se abra para o experimentalismo permanente das práticas sociais e, de outro, em decorrência e paralelamente a isso, realizar o mais nobre ideal moderno: engrandecer os homens e as mulheres comuns. Esta obra, uma vez iniciada, permitirá que a esquerda novamente vislumbre a sua grande ambição: tornar a humanidade divinizada - ao invés de apenas humanizar a sociedade.

Carlos Sávio G. Teixeira (cientista político)

viernes, 3 de abril de 2009

2 de abril, Prometeo y el fragote permanente


Viví el día de ayer con mucha emoción. Primero, el recuerdo de aquel día en que mi mamá me vino a buscar a la escuela, me calzó una escarapela y me dijo que muy al sur había ocurrido un milagro. Después, el aniversario de la muerte de alguien que tuvo mucha influencia en mi vida y quien fue un hombre extraordinario, a pesar de no considerarlo yo el portavoz de Dios en la tierra. Finalmente, la despedida popular a un gran líder nacional.

Quizás el homenaje a Alfonsín más efectivo en términos políticos lo hizo Rodolfo Terragno, quién además de escribir esto, comentó el gesto de confianza que el presidente tuvo cuando lo llamó como ministro y lo puso a manejar una enorme parte del presupuesto nacional y más de la mitad de los empleos públicos.

Pero sin dudas el homenaje más poético lo realizó un dirigente de la UCR bonaerense, cuyo nombre no retuve, quien comparo a Alfonsín con Prometeo, personaje que se aventuró a sacarles el fuego a los dioses y dárselo a los humanos. ¿No es eso la esencia del experimentalismo democrático?
La analogía puede continuar hasta la parte en que a Prometeo, como a Alfonsín, le comieron el hígado. Es que parece que somos así.
De hecho, terminé el día escuchando a un periodista que cubrió la guerra de Malvinas que relataba como se estaba preparando un golpe contra mario benjamín, cuando ya se podía ver a la distancia la artillería inglesa, para poner al mejor soldado como gobernador de las islas. Aparentemente, el soldado mismo frenó el intento.
Pero la moraleja es clara: el impulso fratricida no se detiene ni siquiera cuando los de afuera nos están por devorar.

GLS

Otra


Me averguenza no haberme enterado antes de que hace unos días había fallecido Arturo Peña Lillo, un pilar en el que se sostuvo el pensamiento nacional mucho años. Cada vez más solos...
GLS

jueves, 2 de abril de 2009

Visión del significado de las lágrimas derramadas por la muerte de R.A.

"Padre de la democracia", lo bautizó en las últimas horas el pueblo argentino; "abogado de la libertad", lo apodó el ex Presidente de Brasil José Sarney en su visita al país. Raúl R. Alfonsín fue probablemente el único personaje de la historia argentina reciente que logró unir a un pueblo que en estos días está profundamente dividido, recibiendo los respetos de correligionarios y opositores que se cansaron de dedicarle palabras de afecto y reconocimiento.

Yo nací en democracia, es algo de lo que estoy feliz. De chico aprendí que el ex Presidente Alfonsín era uno de los responsables de que hayamos recuperado la libertad de elegir a nuestros representantes... Ahora bien, estoy seguro de que no fue el único y estoy seguro de que, hasta hace no mucho tiempo, el pueblo argentino no le reconocía tan expresamente su importante rol en el proceso más trágico de la historia nacional. Y por todo eso me hago una pregunta ¿Qué hizo que miles de ciudadanos comunes, políticos y clérigos de Argentina y de muchas otras partes del mundo lloren en estos días la extinción de este gran líder? Y me animo, como de costumbre, a ensayar una respuesta...

De acuerdo o en contraposición con sus ideas, es innegable que Alfonsín poseía dos atributos (entre muchos otros) que en nuestra política hoy no abundan:

Instrucción es la primera, acompañada por la capacidad de dialogar y consensuar. El ex Presidente era uno de los pocos hombres políticos con una sólida formación intelectual, que se manifestaba no sólo en su brillante oratoria sino también en su sed de diálogo con los más destacados intelectuales del país. Los invito a que hagan el ejercicio de pensar en un dirigente que hoy cumpla con esta combinación de atributos y me atrevo a adelantarme a las conclusiones... Muy pocos!

La segunda es la capacidad de pacificar. Ya sea por el momento histórico en que gobernó o por cualquier otra causa, Alfonsín juzgó cuando hubo que juzgar, negoció cuando tuvo que hacerlo (en política exterior se avanzó en erradicar la hipótesis de conflicto con Brasil y se evitó una guerra con Chile) y echó mantos de paz cuando fue necesario, aún frente a los levantamientos que quisieron interrumpir una vez más con la democracia.

En momentos en que el país parece no encontrar políticos (salvo raros espacios a los que se tilda injustificadamente de opositores irresponsables) que debatan seriamente en base a programas y propuestas concretas; y al mismo tiempo en el marco de un conflicto que divide profundamente a la sociedad, por la falsa necesidad de encontrar siempre un enemigo, me pregunto ¿No serán estos atributos, que Alfonsín tenía tan marcados, los que reclama la sociedad? ¿No estarán esas lágrimas pidiendo en realidad más políticos de la talla del ex Presidente? Ojalá sepamos, con las elecciones a pocos meses, interpretar el dolor del pueblo argentino por la muerte de Raúl R. Alfonsín (QEPD).

NOP.

miércoles, 1 de abril de 2009

Pérdida


Hace unos días S. me contaba que cuando era un chico su mamá solía despertarlo diciéndole que empezara su día con alegría y esperanza, porque R.A. estaba en el gobierno. Yo también era chico en esa época. Los discursos de la primavera del 83’ me emocionaban profundamente. Entonces pensaba que ese tipo de comunicación sería una realidad permanente en mi país. También pensaba que siempre llenaríamos, unos y otros, la 9 de Julio cada vez que hubiera algo importante por decidirse.

Le agradezco a R.A. por esos rasgos de mi infancia, época que en un sentido era, paralelamente, la infancia democrática del país. Le agradezco por esas emociones. Por haberme enseñado el Preámbulo sin siquiera yo saber que se trataba del Preámbulo. Le agradezco por la grandeza que demostró en aquellas circunstancias en las que es tan difícil demostrarla, pero que a la vez son las únicas ocasiones para hacerlo: cuando somos débiles y se nos castiga. Le agradezco por sus ideas e intenciones, incluso las no concretadas.

Cuando con la democracia demos de comer, curemos y eduquemos, este agradecimiento y los miles que hoy se apilan tendrán algún valor.

GLS

viernes, 20 de marzo de 2009

Día de radio



Ayer estuvimos hablando sobre nuestro grupo en el programa "Hablemos de RRPP", en FM Palermo. Fuimos generosamente invitados por Gerardo Sanguine, el conductor del ciclo.

La entrevista se puede escuchar acá.

GLS

jueves, 19 de marzo de 2009

Espera


Mientras esperamos cerrar algunos temas largamente trabajados, nos dedicamos a leer el artículo "España y su futuro" de RMU.

Provecho!

GLS

viernes, 13 de marzo de 2009

Anhelo


"Desirous of faith, touched by hope, and moved by love, men look unceasingly for God. Their search for Him continues even where thinking must stop and action fails. And in their vision of Him they find the beginning and the end of their knowledge of the world and of their sympathy for others. So is man’s mediation on God a final union of thought and love – love which is thought disembodied from language and restored to its source.
But our days pass, and still we do not know you fully. Why then do you remain silent? Speak, God."

Expresado por RMU. Sentido por nosotros.
GLS

Motivo


RMU escribió:

"Life comes before goodness, because vitality is the condition of sustained and magnanimous compassion. We are plunged into a great and mysterious darkness, which our minds are able to penetrate only at the edges. Luck and misfortune, beginning with the accident of our birth in a particular class, nation, and community, shape much of what happens to us. We would be almost nothing if we did not fight against the consequences of this fate and recognize in ourselves the unresigned and uncontainable spirits we all really are. By rebelling against our belittlement by the alliance between chance and society, we cease to be little. We become great: unshaken, unsubdued, unterrified.

Our struggle, which is the condition of greatness, would also be the cause of our perversion, were it not transformed by love. To love another person and to be driven by a vision defining a task are the two decisive events a person can experience. They make us godlike. But not just like the God who creates; also like the God who suffers and dies, because through them we also become hostages to other people, who may rebuff our love or destroy our work. This dependence on the others is not our doom. It is our salvation."

Ahora recuerdo por qué intento hacer esto...
GLS

martes, 10 de marzo de 2009

Fetichismo obamístico

Me limito a invitarlos a ver la respuesta en 5:08.

Sólo un alumno más...

GLS

Generosidad social y vitalidad


De RMU:


"Un acto de fuerza no hace que las personas se amen. Entretanto, las instituciones pueden multiplicar las ocasiones para que se conozcan. Pueden salvarlas de una situación en la que, participantes en mundos prácticos cada vez más separados, sólo se juntan – a distancia- en las fantasías de la cultura popular.
Densificar el vínculo asociativo sirve también para socializar las responsabilidades de la familia. Si hay un indicio revelador de la generosidad social, es el de la disposición a sacrificarse por los niños de los demás. Disposición que necesita ser cultivadas en sociedades europeas..., que corren el riesgo de vivir una implosión demográfica de graves consecuencias prácticas y morales. Una sociedad donde el egoísmo, el materialismo y la desesperanza sofocan el deseo de tener hijos es una sociedad confusa y pobre en la virtud crucial de la vitalidad."