lunes, 28 de julio de 2008

Extremo Occidente


El tema de la Identidad es un tópico recurrente en la literatura y las ciencias sociales latinoamericanas. La cuestión del Ser Latinoamericano como ente socio-político y cultural ha sido tema de estudio y discusión para hombres del pensamiento y la acción de estas latitudes. Así y todo, el origen del concepto “América Latina” es poco conocido; para muchos, inédito.

Muy pocos saben que fue en la Corte de Napoleón III donde se acuñó esta idea que permitiera emparentar a los franceses con todos aquellos nacidos al Sur del Río Grande. El Emperador francés, sobrino de Napoleón I, había iniciado una aventura imperialista que incluyó la invasión a México y la posterior coronación de un descendiente de la Casa de Habsburgo como emperador del país azteca. Más allá de la pintoresca anécdota, los franceses, en pos de justificar la intervención militar, se remitieron al origen común de todos los pueblos que hablan lenguas romances, es decir, derivadas del latín. El origen común implicaba solidaridad e intereses comunes; en realidad, derecho para invadir.

Claro que la construcción identitaria es un proceso complejo que va más allá de esta anécdota palaciega. Asimismo, el carácter latinoamericano pasa a ser una apropiación de muchas otras tradiciones que interactuaron desde hace cinco siglos en nuestro subcontinente.

JIM

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