jueves, 5 de febrero de 2015

Volvió él y volvimos nosotros!

Una profecía expresada hace ocho años:

“O engrandecimento (dos nossos países) soará em todos os recantos da terra como o grito de uma criança ao nascer, prometendo um novo começo para o mundo. Presos em seus afazeres, ansiosos para esquecer que morrerão, homens e mulheres pararão por um instante. Perturbados por esperança inesperada, ouvirão nesse grito a profecia do casamento da pujança com a ternura, da grandeza com o amor.”

Una promesa hecha hace siete años:

“Si fuéramos romanos del siglo III AC buscaríamos el altar donde se conservaba la memoria de los mayores y allí juraríamos no descansar hasta ver derrotados a los hombres que envilecieron a nuestro país, y ver destruido el orden que -en nombre del destino- ellos le impusieron. Como somos argentinos en el siglo XXI, escribimos estas palabras en vez de ir al altar. Que sirvan como otra manera de prestar, ante nuestros conciudadanos, el mismo juramento.”

Volvimos para provocar la una, y para cumplir con la otra.